El cuidado se ha puesto en el centro de la escena pública en el último tiempo. Sobre todo en los últimos años hemos escuchado hablar innumerables veces del cuidado en gran medida gracias a la pandemia que puso en descubierto las inequidades de género en la repartición de las responsabilidades de cuidado. Sin embargo, este tema no es nuevo: desde el movimiento feminista, las organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, la academia y desde el propio poder legislativo se viene trabajado hace muchos años en torno a este derecho.
En marzo de 2020, ELA publicó un informe realizado junto con UNICEF, titulado Apuntes para repensar el esquema de licencias de cuidado. Este documento recibió una declaración de interés social por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y el pasado lunes 29 de noviembre recibimos el diploma por parte de la Diputada Natalia Fidel.
“Como sabemos hoy el cuidado está muy familiarizado y la pandemia no ha hecho más que incrementar esta familiarización y dentro de las familias son las mujeres quienes llevan las mayores cargas”, asegura Delfina Schenone Sienra, responsable del Área de Políticas de ELA, y agrega: “dedicamos el doble de horas por día al cuidado no remunerado, realizamos el 76% de ese trabajo y eso tiene fuertes implicancias en nuestras posibilidades de inserción laboral, autonomía económica y condiciones de pobreza”.
Apuntes para repensar el esquema de licencias de cuidado, es un documento que realiza, en primer lugar, un breve recorrido conceptual sobre el derecho al cuidado aportando herramientas para la discusión sobre por qué es necesario avanzar en esta agenda si se quieren reducir las desigualdades de género y socioeconómicas en nuestra sociedad. En segundo lugar, presenta la relación entre políticas de cuidado y bienestar social ofreciendo un panorama general sobre la situación actual de la normativa sobre los tiempos de cuidado y las propuestas legislativas vigentes. Por último, se brindan elementos para pensar en una reforma del esquema actual de licencias que pueda contribuir al objetivo de reducir las desigualdades de género y socioeconómicas en Argentina.
“Mejorar y universalizar los tiempos para el cuidado generando pisos mínimos comunes para todas las personas, desvinculando el acceso de la inserción laboral, del lugar de residencia y donde se reconozcan las distintas necesidades de cuidado que tenemos, es un paso fundamental dentro de una política integral que contemple los otros componentes que mencionaba, para asegurar el derecho que tenemos a cuidar y ser cuidadas”, Explica Schenone Sienra y finaliza: “Este es un paso que necesitamos dar para acompañar y terminar de impulsar los cambios culturales, económicos, sociales y demográficos que hemos transitado como sociedad en las últimas décadas”.