Cada año más y más mujeres están logrando ocupar espacios que hace pocos años eran enteramente territorio masculino. La medicina es uno de ellos. A principios de los 90 comenzó la llamada feminización de la medicina y en 2019 la UBA anunció que 7 de cada 10 estudiantes de esta carrera eran mujeres. Según los datos de la edición 2020 del informe de ELA Sexo y Poder ¿Quién manda en Argentina?, el 32% de los puestos de máxima jerarquía en el campo de salud están ocupados por mujeres (un crecimiento con respecto al 23% contabilizado en 2010). Sin embargo, una de las áreas con menor presencia femenina es el de la cirugía.
El 27 de abril el diario Clarín quiso destacar, en medio de un contexto en el cual los equipos de salud de todo el país están agotados, que un grupo de mujeres realizó una cirugía exitosa de trasplante hepático. Este era un gran hito ya que, como señaló el mismo medio, se trató del “primer equipo integrado exclusivamente por mujeres que realizó un trasplante hepático, en la historia de la medicina argentina y -hasta donde se tiene registro- del mundo”. Aunque la noticia debió haber sido de felicidad y orgullo, la misma se viralizó en las redes sociales por los motivos equivocados: su titular.
La noticia fue publicada y promocionada en las redes con el titular “Apareció un donante y solo estaban ellas para operar”. El gran logro de estas médicas, el motivo por el cual protagonizaban la pieza, se vio leventemente opacado por una expresión: “solo estaban ellas”. La nota, que continúa de forma positiva, destaca las palabras de la cirujana que estuvo al frente del equipo quien menciona la “discriminación que sufrieron muchas de las mujeres que quisieron ser tomadas en serio y más aún en el ámbito de la cirugía”.
Este titular es un ejemplo de cómo una sola palabra puede cambiarle el significado a una oración completa. El fin era destacar el momento histórico de un equipo 100% conformado por mujeres llevando a cabo esta cirugía, pero el sentido que terminó tomando era de menosprecio hacia estas profesionales. Según los dichos de Magalí Chahdi Beltrame, la médica al frente del equipo, la conformación del mismo se dio por “casualidad” ya que la cirugía no estaba programada. Que se haya conformado por mujeres no debería significar que lo hicieron porque “solo estaban ellas” sino porque las mujeres lograron ir ganando cada vez más terreno en diferentes ámbitos, en este caso, la medicina.
A lo largo de la nota, la misma Chahdi Beltrane hace mención a Cecilia Grierson “quien en 1889 se convirtió en la primera mujer argentina que obtuvo el título de medicina a pesar de haber sido criticada y “rebajada” por sus propios compañeros y profesores”. Grierson quiso especializarse en cirugía, pero tuvo que cambiar de especialización debido al rechazo y las barreras de género que vivió.
La nota se viralizó en las redes, en especial Twitter. Una de las primeras cosas que se enseñan en las escuelas de periodismo es la importancia del titular. Esto es lo primero que se lee y pocas personas llegan hasta el final de la nota. El título debe ser explicativo, atrayente y fiel al contenido de la pieza. Este titular, en cambio, menosprecia el trabajo de este grupo de mujeres y su gran logro histórico, el que debería llenarnos de orgullo. El episodio muestra también la necesidad no sólo de que se realicen capacitaciones en perspectiva de género en los medios de comunicación sino que de las mismas participen todas las personas que allì trabajan sin importar el rol que tengan.
Las mujeres ocupando lugares históricamente masculinizados es una situación en crecimiento que conlleva un gran esfuerzo y lucha contra la discriminación por parte de compañeros de trabajo y los estereotipos fomentados en la sociedad. A principio de mes se conoció la noticia de la llegada de un nuevo lote de vacunas Sputnik V en un avión de Aerolíneas Argentinas piloteado por una mujer, Fernanda Coronel. Este fue el primer viaje de la comandante quien trabaja para esta empresa hace más de 14 años.
Según un estudio realizado por Mujeres Pilotos de Líneas Aéreas (ISWAP, por sus siglas en inglés), “sólo el 5% de los pilotos que hay en el mundo trabajando en aviación comercial son mujeres” . Al 2020 solo había 26 mujeres trabajando como pilotas o co-pilotas, contra más de dos mil varones en el mismo trabajo. Coronel es una de las caras de ese porcentaje, pero parte de su logro se vio opacado en los medios de comunicación por su ideología política cuando los medios se centraron en viejos mensajes que la pilota había escrito en Twitter criticando al gobierno kirchnerista.
Algo similar sucedió a principio de año con Marwa Elselehdar, la primera mujer capitana de Egipto quien fue falsamente acusada de haber sido la culpable del bloqueo en el canal de Suez. “Sentí que fui blanco de estos rumores tal vez porque soy una mujer exitosa en este campo o porque soy egipcia, pero no estoy segura”, dijo Elselehdar en una entrevista con la BBC . Esta nota también hace mención a que “las mujeres solo representan el 2% de los marineros de todo el mundo, según datos de la Organización Marítima Internacional”.
Con el paso de los años las mujeres van ganando espacios en diferentes áreas, aunque los estudios nos demuestran que el crecimiento es lento y que solo son algunas mujeres más privilegiadas las que tienen acceso a estos espacios.