Navila Garay, Vanesa Caro, Cecilia Burgadt, Cielo López. Cuatro mujeres asesinadas en un mismo fin de semana pusieron de nuevo en la tapa de los medios a la violencia de género. Los cuatro casos, no solo se dieron en el transcurso de un fin de semana, sino que demostraron que la violencia de género es transversal a todas las edades, clases sociales y regiones del país.
Aunque el observatorio Ahora que si nos ven, publica con bastante periodicidad los resultados de su observatorio de femicidios, los medios de comunicación redujeron su caudal de publicaciones sobre esta temática. Este mes se vieron obligados a volver a poner el foco de atención allí, cometiendo aciertos y algunos errores.
Los primeros casos que se dieron a conocer fueron el de Vanesa Caro y el de Cecilia Burgadt, ambas asesinadas por varones cercanas a ellas. Caro, de 38 años, fue quemada por su marido en marzo de este año frente a sus cuatro hijos. Tras varias intervenciones quirúrgicas, murió el sábado 14 de septiembre. Burgadt, de 42 años, fue asesinada por su pareja. Su cuerpo fue hallado el sábado 14 y el varón confesó el crimen ante la policía. Luego fue el caso de Garay, de 15 años, cuya familia realizó la denuncia de su desaparición y su cuerpo fue encontrado enterrado en una quinta. Hubo un detenido. Mientras contábamos tres, llegó el cuarto: López, de 18 años, cuyo cuerpo fue encontrado en el río Limay (Neuquén). No hay detenidos, ni sospechosos.
El martes 17 de septiembre, Clarín, Crónica, La Nacióny Página12sacaron la noticia de los femicidios en sus respectivas tapas. Para Crónicay Página12fue el tema principal, ambos medios publicaron las fotos de las cuatro mujeres, Página12 anunció “El machismo mata” mientras Crónicapreguntó “¿Hasta cuándo?”. La Naciónhizo referencia a las estadisticas de femicidios del 2019, mientras que Clarínse centró en el femicidio de Garay. En su nota titulada La trágica estadística de femicidios suma este año 210 casos, uno cada 27 horas,La Nacióntoma los datos del observatorio Ahora que si nos veny centra la mayor parte de su nota en el caso de Garay. “Todas ellas víctimas de la violencia machista, muertas o halladas sin vida durante el último fin de semana. Sus nombres son parte de una tragedia social con una cifra conmocionante”, el medio reconoce los casos como violencia machista, pero incorrectamente añade que las mujeres “fueron halladas sin vida”, cuando en realidad fueron encontradas asesinadas. Esta nota era acompañada de una columna donde hablaban específicamente de la violencia de género brindando información con respecto a las estadísticas.
En el caso de Clarín, la nota titulada Investigan si tuvo un cómplice el jardinero acusado de matar a mazasos a una chica de 15 años también se centró en el caso de Garay y su femicida, siendo la familia de ella la principal fuente de información y declaraciones. Junto a la nota, un pequeño recuadro hace referencia a los 235 femicidios registrados hasta agosto de 2019 y otro para contar la noticia del hallazgo del cuerpo de López.
Crónica dedicó dos páginas a la tapa titulada ¿Hasta cuándo?Allí centraron la nota Piedras y gases en la marcha que pedía justicia por Navila en los incidentes ocurridos durante la marcha en Chascomús. Además de eso, da detalles de la autopsia de la joven: “Según los primeros resultados de la autopsia, fue asesinada de al menos 17 mazazos en la cabeza y el rostro que le provocaron múltiples fracturas de cráneo, no presentaba signos de abuso sexual -aunque se ordenaron estudios complementarios-, y la data de muerte es de cinco días, lo que coincide con la fecha de la desaparición” y hacen hincapié resaltando la supuesta extorsión de la joven hacia el femicida: “El hombre de 56 años,(…), dijo ante efectivos policiales que la mató porque ella le había pedido la suma de 3.000 pesos para no denunciarlo por abuso sexual”, señaló Crónica. Aunque es un detalle, esto también se podría interpretar como un motivo o excusa para cometer el crimen. La nota está acompañada de dos columnas, una contando el caso de López y la otra el de Burgardt, y un recuadro con las declaraciones de Raquel Vivanco, presidenta del observatorio Ahora que si nos ven.
Por su lado, Página12 en su nota titulada El sello del machismo en cuatro crímenes de odio, realiza un análisis del femicidio de Garay y ofrece una cobertura que va mucho más allá de los casos en particular, sino que ofrece una mirada global acerca de la violencia de género y los femicidios. En el recuadro de opinión escrito por María Pía López, titulado Nombrar a las pibas, se lee “porque también aquí, cuando nombramos a Navila, a Cecilia o a Laura, asesinadas en este fin de semana, sabemos que en ellas se condenan la autonomía, la asunción deseante de las vidas, la capacidad de experimentación, la fuerza de decir no. No las nombramos para expandir el temor, sino para desgajar sus nombres del compromiso en el que los asesinos quisieron fijarlos, adheridos a la sanción contra esa vasta rebelión que acontece, a veces visible y otras, silenciosa”.
Clarín y el anti-perfil
El 16 de septiembre Clarín
publicó en su versión on-line una nota titulada Navila Garay: una infancia difícil y llena de carencias, un perfil que inmediatamente nos remitió a aquel sobre Melina Romero publicado en 2014. En el perfil, hablan de “adolescencia compleja” y que “su piel se curtió con la dureza de esos primeros años a puro obstáculo”. Durante todo el texto, se refieren a ella como “Navi”, apodo por el cual la conocían sus familiares y amigos, al igual que hace mención e insisten en destacar al contexto humilde donde se crió la joven.
La nota es estigmatizante para la víctima y para su familia. No suma contenido a la causa. Lo mismo había sucedido con el perfil realizado sobre Romero, en el cual la describían como una “fanática de los boliches que abandonó la secundaria” (en el caso del perfil de Garay, también mencionan que la joven dejó de ir a la escuela y trabajaba como empleada doméstica). Estos perfiles fallan en mencionar el contexto de abandono por parte del Estado.
La contracara del machismo en los medios de comunicación se ve reflejada en las redes feministas. Un grupo de ocho periodistas feministas, Luciana Mignoli, Laura Gotfryd, Laura Guarinoni, Raquel Wolansky, Lucía Medina, Ailín Trepiana, Bárbara García Crespo y Lucía Cholakian Herrera, redactó una nota titulada Cuatro femicidios y el show de la morbosidad que fue enviada a los medios de comunicación para ser “ser reproducida libremente, siempre y cuando no se resuma ni edite y se mantenga título, bajada y firmas”. La nota mencionó los cuatro femicidios pero también reforzó la importancia de un trabajo periodistico con perspectiva de género: “El periodismo feminista está haciendo historia. Y lo hacemos no sólo las periodistas, sino también medios y personas que eligen leer, apostar y difundir estas otras formas de hacer comunicación”.
La nota se publicó en 114 medios, pero en 39 de ellos no figuran las firmas de sus autoras (según una publicación de Facebook realizada por Mignoli). Mientras siguen matando mujeres y el machismo se visibiliza en todos los ámbitos, las feministas se unen y producen, promueven un periodismo con perspectiva de género, igualitario y sin discriminación. No reconocer su trabajo es otra forma de violencia.
La violencia contra las mujeres es cosa de todos los días. La lucha para ponerle fin, también.