Cuando se sancionó la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política en el 2017 se introdujeron modificaciones en varios artículos de la Ley Orgánica de Partidos Políticos (artículos 3 y 21) y también de la Ley de Democratización de la Representación política, la Transparencia y la Equidad Electoral (en su artículo 21) que hicieron especial hincapié en que las cartas orgánicas de los partidos políticos, como leyes fundamentales de dichas instituciones, debían ser ajustadas para que se respete el principio de paridad de género en el acceso a cargos partidarios. También en el artículo 50 de la Ley Orgánica de Partidos Políticos se introdujo como una causa posible de caducidad de la personería jurídica la violación de la paridad de género en las elecciones de autoridades de los organismos partidarios. Sin embargo, según los datos expuestos en la publicación Sexo y Poder: ¿Quién manda en la Argentina? referidos a las presidencias de los partidos con representación nacional, sólo el 32% estaba presidido por una mujer. Y en cuanto al nivel dos en jerarquía (vicepresidencia, junta o comité ejecutivo) la proporción baja a un 29%.
A pesar de la legislación, no todos los partidos se han adecuado y establecido normas de paridad en sus cartas orgánicas. Algunas como las del Partido Justicialista (PJ), la Unión Cívica Radical (UCR), el Partido Frente Grande o la Izquierda por una Opción Socialista hacen referencias claras a la Ley 27.412 sobre Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política a la hora de conformar sus órganos directivos. Pero esto no siempre es así, y si bien existe la legislación no siempre se crean los mecanismos de exigibilidad hacia adentro de los partidos ni tampoco hay un involucramiento de la Justicia Electoral en el control de la adecuación de las cartas orgánicas a los principios paritarios. Es una situación similar a la que experimentan los sindicatos en los cuales existe una legislación hacia casi 20 años que establece un cupo de 30% de mujeres y tampoco se cumple por dificultades para la exigibilidad.
A pesar de estos grises en las legislaciones, en muchos casos existe un compromiso político o un consenso de que las mujeres debemos ocupar cargos de decisión en todos los ámbitos públicos, incluyendo los partidos políticos.
A principios del corriente mes se presentaron las listas para las elecciones que renovarían cargos dentro del Partido Justicialista a nivel Nacional y las mismas fueron anunciadas como las primeras con paridad de género. El pasado 21 de marzo resultó electo como presidente del partido Alberto Fernández, quién como había anunciado, lideraba una lista paritaria en sus vicepresidencias y también en las consejeras y consejeros que le seguían. La diputada Cristina Álvarez Rodríguez fue segunda en la lista como primera vicepresidenta, como tercera vicepresidenta estuvo Analía Rach Quiroga, actual vicegobernadora de la provincia del Chaco, y como quinta vicepresidenta la ex gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci. En el caso del PJ Bonaerense, la lista encabezada por Máximo Kirchner también fue conformada de manera paritaria y las declaraciones desde el partido fueron que “el género se aborda en forma transversal, con participación igualitaria de candidatas mujeres y representación de las diversidades en los distintos ámbitos de representación”. Para el armado de la lista también se hizo especial hincapié en representación de sectores de la juventud.
También hubo renovación en el PJ de CABA donde el presidente electo fue el legislador Mariano Recalde y la vicepresidenta electa María Rosa Muiñoz. Desde la nueva conducción manifestaron que el armado de la lista “representa a todos los sectores del justicialismo del distrito y respeta la paridad de género”.
Por otra parte, el pasado domingo 21, la Unión Cívica Radical de la provincia de Buenos Aires, también tuvo elecciones para elegir autoridades para el Comité provincial, convencionales nacionales y provinciales y autoridades distritales. La lista que resultó electa para presidir el comité bonaerense llevaba al diputado provincial Maximiliano Abad como presidente y a Érica Revilla, intendenta de General Arenales, como vicepresidenta. La actual dirigencia del partido contaba con dos varones al mando, por lo que es un avance que tanto la fórmula ganadora como la lista alternativa hayan presentado una fórmula paritaria.
Es importante el ejemplo que imponen tanto la UCR como el PJ ya que son partidos tradicionales que marcan agenda hacia otros más pequeños, así como también que las cúpulas nacionales impongan pisos mínimos para que luego los comités provinciales también deban adecuarse a estos nuevos principios. Sin embargo, hay que remarcar que en ningún caso fue una mujer como candidata a presidenta del partido, lo que da cuenta de las resistencias aún vigentes. Esta es una tendencia que se repite también en las fórmulas para órganos ejecutivos y legislativos. Hay que seguir trabajando para poder superar el 32% de mujeres liderando presidencias de partidos políticos.