Observatorio de medios

La pandemia no los pone violentos

A principios de noviembre, un joven atacó a apuñaladas a su profesora de baile a quien acosaba hacía tiempo. También hirió a la dueña del centro de danza cuando trató detenerlo. Entre los argumentos que se escucharon para explicar su comportamiento, los medios replicaron declaraciones que afirmaban que el “encierro” por la cuarentena lo había afectado.
30 Nov 2020

Una profesora de danza fue atacada a apuñaladas  por un hombre quien la acosaba hacía meses. Julieta Antón fue a su lugar de trabajo en un centro de danzas ubicado en el barrio de Belgrano, cuando Sebastián Villarreal la atacó con un cuchillo. La dueña del centro, Sofía Bovino, intentó defender a Antón y también resultó herida. Villarreal fue detenido por un policía que fue alertado por los gritos de otros alumnos del centro.  A pesar de las heridas y la pérdida de sangre, ambas mujeres estaban estables y fueron trasladadas al Hospital Pirovano. El agresor fue llevado como detenido al Hospital Tornú.

El ataque ocurrió el martes 10 de noviembre y la noticia fue publicada en los medios de comunicación al día siguiente. Las notas iniciales hablaban acerca del ataque y los primeros testigos hablaron de que el agresor “tenía una obsesión con Julieta y la buscaba constantemente”. Según el diario Clarín “testigos contaron que llegó al lugar cerca de las 16.30, pidió ver a Julieta, que estaba dando una clase, y la atacó con el cuchillo. `No te metas, las voy a matar a las dos’, le advirtió a la dueña de la escuela cuando intentó defender a la profesora, reveló Juan, el marido de Bovino”.

Tras conocerse la agresión, comenzó a circular en las redes sociales y los medios de comunicación que minutos antes del ataque Villarreal se había sacado una foto con Antón y la había publicado en sus cuentas. También surgió que el joven había realizado varias publicaciones manifestándose en contra de la violencia de género. En un primer momento, Villarreal fue detenido acusado de lesiones graves, agravadas por violencia de género, pero luego la carátula se modificó a tentativa de femicidio reiterado.

A solo 24 horas del ataque, los familiares del agresor comenzaron a dar su versión de los hechos. Según su padre, el joven  “en su niñez vivió un verdadero calvario porque su mamá los agredía todo el tiempo”.  El hermano gemelo, por su lado, argumentó que  “él [por el agresor] siempre fue bueno, todo lo contrario que se ve en las imágenes. Por ahí tiene una enfermedad que no sabemos. El efecto de la cuarentena, tanto tiempo encerrados. Él empezó a hablar solo”. Tanto su padre como su hermano plantearon la posibilidad de algún problema psicológico desconocido que haya motivado el ataque. Pero el hermano también planteó la posibilidad que el comportamiento violento fuera una consecuencia de la cuarentena.

A partir de ese momento, los medios de comunicación empezaron a indagar en la salud mental del joven, analizando su pasado y estableciendo trastornos psicológicos no confirmados como el motivo del ataque. Clarín, Perfil, La Nación son solo algunos de los medios que publicaron perfiles del agresor, en los cuales indagaron en todos los aspectos de la vida del joven, publicaron fotos extraidas de las redes sociales y también el video del momento del ataque. Al mismo tiempo, analizaron y plantearon hipótesis con respecto a su salud mental, replicando la idea de que los efectos de la cuarentena serían la causa del ataque.

Desde la Red de psicólogxs feministas dijeron: “(…)Nos parece imprescindible continuar denunciando tanto el tratamiento que se le da a estas situaciones en los medios masivos de comunicación, que invisibilizan el entramado patriarcal que sostiene y reproduce las violencias basadas en motivos de género, como las continuas preguntas sobre el contexto, o sobre las víctimas, que logran correr la mirada sobre los agresores. No es un ‘enfermo mental’, es un varón cishetero socializado en un régimen patriarcal y machista”.

En Twitter, la revista digital Feminacida publicó un hilo sintetizando el tratamiento de los medios: “Buscaron el vínculo que el agresor tenía con las dos mujeres. Armaron teorías escalofriantes de por qué había hecho lo que hizo. Reprodujeron en loop el video del episodio. El único objetivo claro fue la exacerbación del morbo. Y a Villarreal enseguida lo patologizaron”.

Tanto amigas de Antón como alumnas de su clase declararon lo mismo: Villarreal hacía tiempo que acosaba a la bailarina. Días después del ata        que, se dio a conocer que el informe médico solicitado por el fiscal del caso indicó que Villarreal “no es psicótico”, echando por tierra las teorias patalogizantes. “Según los médicos, el agresor de Julieta Antón y Sofía Bovino padece un ‘trastorno de personalidad de tipo narcista y rasgos histriónicos’, es decir que tiene una ‘emotividad excesiva’”, publicó Infobae El joven fue declarado imputable y fue trasladado al penal de Ezeiza.