En noviembre de 2015, en el marco del 25 de noviembre y los 16 días de activismo contra las violencias, un centenar de organizaciones de la sociedad civil trabajaron para plantear los lineamientos para un Plan Nacional de Acción que se presentó ante el entonces Consejo Nacional de las Mujeres que iniciaba su gestión en diciembre de 2015. Cuatro años más tarde ELA, CAREF, FEIM, MEI y la Fundación Siglo 21 convocaron a una nueva reunión con organizaciones de la sociedad civil, activistas y academia para pensar los lineamientos de un nuevo Plan Nacional de Acción cuyo diseño e implementación será responsabilidad del nuevo y flamante Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
La actividad, a la que asistieron 50 integrantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, feministas, vinculadas con el movimiento de mujeres y la diversidad, que trabajan sobre temas vinculados con los derechos humanos desde una perspectiva interseccional, fue organizada en el marco del proyecto Cerrando Brechas II: Desnaturalizando violencias ocultas para erradicar la violencia de género promoviendo la igualdad que ELA, CAREF, FEIM, MEI y la Fundación Siglo 21 llevan adelante gracias al apoyo financiero de la Unión Europea.
Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA, fue la responsable de dar la bienvenida a las asistentes. En la apertura, hizo un repaso por el camino transitado desde el Consejo Nacional de las Mujeres al nuevo Ministerio y el rol de la sociedad civil en la construcción del Plan Nacional de Acción (PNA) para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las mujeres 2017-2019. Quienes fueron tomando la palabra a lo largo de la mañana señalaron como imprescindible la incorporación de una mirada interseccional en un nuevo PNA que debe tener políticas que alcancen a mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, afrodescendientes, originarias, migrantes, mujeres con discapacidad, de áreas rurales, niñas, adolescentes, adultas mayores. Políticas para todas, atendiendo la variedad de situaciones por las que atraviesan las mujeres frente a las distintas violencias por razones de género y con un presupuesto acorde para ser implementadas.
Durante la segunda parte de la jornada, se trabajó en grupos siguiendo como ejes las tres dimensiones de la autonomía planteadas por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que reúne información estadística respecto a las desigualdades de género. La autonomía física refiere a una vida libre de violencias y el acceso a los derechos sexuales y reproductivos; la autonomía económica se refiere al acceso a recursos económicos y el uso del tiempo, considerando la carga de trabajo no remunerado de cuidado que recae fundamentalmente en las mujeres; y la autonomía en la toma de decisiones, refiere al ejercicio de los derechos sociales y políticos. Las participantes coincidieron en sumar un cuarto eje planteado en la reunión: el de la transformación cultural, que en general se aborda de manera transversal pero que tiene un impacto central en el acceso a todas las autonomías.
En las conclusiones hubo coincidencias entre los diferentes grupos sobre las lìneas a seguir y las propuestas a desarrollar, desde una mirada diversa e interseccional pero también de manera transversal. En el eje de la autonomìa fìsica se destacó la necesidad de generar información, datos desagregados a nivel nacional, protocolos en diversas áreas y el cumplimiento de la Ley Micaela (que establece la capacitación obligatoria con perspectiva de género para quienes trabajan en el Estado). Vinculado con la autonomía económica se identificó como prioritario el impulso de un sistema nacional de cuidados y políticas federales para garantizar el acceso de todas las mujeres al empleo y al manejo de recursos económicos. El impulso de la paridad en todos los espacios más allá del legislativo (desde los otros poderes del Estado hasta los sindicatos y partidos políticos) fue la conclusión unánime en relación con la autonomía en la toma de decisiones, para profundizar la agenda de trabajo por los derechos en clave de género. Por último, al abordar la transformación cultural, el trabajo sobre las masculinidades, campañas diversas y federales de concientización sobre diversos temas y la implementación de la ESI fueron los tres temas mayormente señalados.
La creación de un nuevo Ministerio es la oportunidad para impulsar mejores políticas públicas y el diseño de un nuevo Plan Nacional de Acción un momento para que el Estado pueda profundizar la articulación con la sociedad civil y trabajar en conjunto hacia una sociedad más justa e igualitaria.