Observatorio de medios

Pandemia y la responsabilidad de los medios

Tras beber dióxido de cloro en vivo en su programa, Viviana Canosa inició un debate acerca de la responsabilidad de los profesionales de medios de comunicación en la propagación de noticias falsas y pseudo ciencia en época de pandemia.
26 Ago 2020

A principios de agosto Viviana Canosa se convirtió en uno de los nombres más pronunciados cuando al cierre de su programa Nada personal (Canal 9) comenzó a beber de una botella que según ella contenía dióxido de cloro (CDS). Este químico que se comercializa como un producto de limpieza, comenzó a ser llamado (sin ningún sustento científico) la cura milagrosa al Covid-19 haciéndose famosos en especial entre aquellos en contra de la cuarentena. Esta idea fue promovida por Andreas Kalcker, quien se identifica a sí mismo como “licenciado en Economía, Máster en Biofísica y doctor en Biofísica en medicina alternativa” de origen alemán que “trabaja como director en un laboratorio de investigación”. Tras beber de este líquido la conductora, quien ya había mencionado en Twitter que consumía CDS como método de prevenir el virus, aseguró: “oxigena la sangre, me viene divino. Yo no recomiendo. Yo les muestro lo que hago”. 

Pocos días más tarde se empezaron a conocer casos de intoxicaciones y muertes asociadas al consumo de este producto, lo cual motivó al  diputado provincial de Nequén Mariano Mansilla (Frente de Todos) a presentar una denuncia contra la conductora. En esa provincia, un niño falleció tras consumir CDS. El sitio de noticias Chequeado, que se  especializa en la verificación de información publicó una nota en la cual consultaron a expertos sobre el peligro del consumo de este químico: “El dióxido de cloro es un derivado del clorito de sodio, una sustancia química que se utiliza como blanqueante en la industria papelera y textil”. La nota destacó el comunicado emitido por la AMNAT: “La ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.

El diario La Nación publicó una nota titulada Coronavirus en la Argentina: tras la denuncia a Viviana Canosa por mostrarse bebiendo dióxido de cloro, el fiscal ordenó medidas investigativas en la cual comentaron que tras la denuncia presentada por Mansilla “el fiscal Adrián Grassi realizó tres pedidos de informes individuales. El primero de ellos fue a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) sobre las propiedades del dióxido de cloro. El segundo al Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) y otro al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) para recavar las menciones tanto en medios como en redes sociales en las que se refleje el fragmento del programa en el que la conductora ingirió la bebida que contendría la sustancia”. La actitud de Canosa motivó no solo a una discusión con respecto a las distintas curas no comprobadas científicamente que se mueven en internet con respecto al Covid, sino también con respecto a la propagación de noticias falsas y la responsabilidad de quienes están al frente de un programa televisivo.

Viviana Canosa es un personaje con larga trayectoria en la TV argentina, con una carrera que se centró en el chimento, el mundo del espectáculo y el rating producto del escándalo. En la nota publicada en Anfibia y titulada Nada personal, Pablo Méndez Shiff analizó “el discurso anticuarentena en televisión de aire” y mencionó que “la escena de la botella fue una más en su proceso de radicalización anti cuarentena, iniciado a partir de un enojo con el presidente Alberto Fernández”. La conductora entrevistó al Presidente e incluso se mostró a favor de su gobierno, pero la relación se dio vuelta cuando ella afirmó haber sufrido intimaciones. Méndez Shiff explicó en su nota: “Desde ese día, su opinión sobre el gobierno y el manejo de la pandemia dio un giro que no impactó en el rating (no pasa los 2 puntos y compite mano a mano con el programa de Luis Novaresio) pero sí en sus redes sociales: ya tiene mil seiscientos seguidores más que hace apenas seis días”.

El accionar de la conductora llevó a una denuncia y una investigación judicial. Quienes están al frente de espacios en los medios de comunicación tienen una responsabilidad para con el público que no pueden ignorar. La nota de Anfibia mencionó el trabajo del grupo Ciencia Anti Fake News del CONICET y contó que “en lo que va de la pandemia, desmintieron más de cien noticias falsas sobre el coronavirus y se sumaron al enjambre de medios e instituciones que ponen el eje en ver cuáles son las mejores maneras de combatir la desinformación”.

Varios fueron quienes repudiaron a Canosa: Fernando Quirós, ministro de Salud porteño dijo en una conferencia de prensa: “Les recomiendo severamente a los comunicadores que intenten no comunicar diferente a lo que la normativa vigente en la Argentina tiene. Porque solamente generan confusión y puede haber algún daño. Y estamos hablando siempre de salud en humanos”. Carla Vizzoti, secretaria de Acceso a la Salud, también contradijo el accionar de la conductora y reconfirmó que “la Anmat sacó un aviso o comunicado en relación a que no es un producto aprobado y que, no solamente no existe evidencia de beneficio, sino que puede ser tóxico”.

Aunque la conductora tras tomar el CDS aseguró que solo muestra lo que hace, en realidad está promoviendo mucho más que la ingesta de un químico sino toda una ideología que se centra en un discurso anti-ciencia. Cada argumento que estos grupos promueven y es desmentido por autoridades de mayor renombre, es metido dentro de una teoría conspirativa que incluye gobiernos, laboratorios y organismos internacionales, entre otros. Los mensajes falsos, la pseudo-ciencia, los hechos que no están comprobados siempre generan daño en quien está del otro lado consumiéndolos. En especial en época de pandemia, donde la incertidumbre sobre el virus, del fin de las medidas de aislamiento y el futuro en general nos hacen vulnerables ante los discursos que escuchamos.

Los medios de comunicación siguen en funcionamiento aún con las medidas de aislamiento justamente porque son considerados servicio esencial. En ELA repetimos con frecuencia la necesidad de un promover un periodismo con enfoque de derechos humanos. En estos momentos más que nunca un periodismo responsable es clave para no generar más daño en la sociedad.