¿Cómo proponen desde las pre candidaturas presidenciales resolver el problema de la violencia de género? ¿Cómo se financiarán y con qué alcance se implementarán políticas públicas para garantizar los derechos reproductivos y la educación sexual integral en todos los niveles educativos? ¿Consideran a las tareas de cuidado como un trabajo que debe ser reconocido? ¿Qué opinan, en general, sobre las desigualdades de género, sus causas y consecuencias?
Desde 2011 en ELA realizamos monitoreos electorales con el objetivo de relevar qué propuestas de políticas públicas ofrecen las distintas alianzas electorales en relación a la agenda de género. Este año enfocamos el monitoreo en la campaña de las PASO presidenciales: comenzó en la primera semana de julio y finalizó el viernes 13 de agosto. Las fórmulas relevadas fueron las de Javier Milei y Victoria Villarruel (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich y Luis Petri (Juntos por el Cambio), Horacio Rodriguez Larreta y Gerardo Morales (Juntos por el Cambio), Sergio Massa y Agustin Rossi (Unión por la Patria), Juan Grabois y Paula Abal Medina (Unión por la Patria) y Myriam Bregman y Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda Unidad).
A través del seguimiento de sus discursos públicos en medios de comunicación tradicionales, redes sociales, canales de streaming, plataformas electorales, spots de campaña, páginas web oficiales y otras manifestaciones públicas el objetivo fue captar qué propuestas de políticas públicas explicitan los candidatos en relación a los siguientes ejes: políticas de cuidado; violencias contra las mujeres; derechos sexuales y reproductivos; y participación social y política de las mujeres. Adicionalmente incluimos en el relevamiento los posicionamientos acerca de la relevancia de sostener el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Para nuestro análisis no nos limitamos a las propuestas concretas como aquellas contempladas en una plataforma electoral, sino que al relevar el discurso público también registramos las opiniones sobre los temas o las referencias aisladas que identificamos, ya que de esta manera podemos acercarnos a la postura del candidato o candidata respecto de los temas que nos interesan. De manera complementaria, nos comunicamos con equipos de campaña de algunas de las coaliciones, les enviamos materiales y logramos reunirnos con algunos de ellos (equipos de Sergio Massa, Juan Grabois y Leandro Santoro) para entender mejor algunas de sus propuestas.
Una primera conclusión preliminar: observamos un repliegue general de la agenda de género en los discursos de quienes se postulan a la presidencia. Casi la totalidad del discurso público y de las prioridades que manifiestan hasta ahora se enfocan en otros temas: la deuda con el FMI, la inflación, la pobreza, la inseguridad, los bajos salarios. Si bien estos son temas definitivamente prioritarios, en la mayoría de los casos parece relegada la profunda conexión que existe entre estos temas y la agenda de género.
En Argentina 1 de cada 2 mujeres sufrió violencia doméstica (Encuesta de prevalencia de violencia contra las mujeres 2022) y hay un femicidio cada 39 horas (OM-CSJN, 2022). La violencia de género es un problema que afecta a mujeres y personas LGBT+ de todas las edades, niveles educativos de la Argentina y al Estado le cuesta 22 veces más atender situaciones de violencia física grave que financiar políticas para la prevención (ELA, 2020).
Sin embargo, candidatas como Victoria Villaruel niegan que exista una variable de género en las situaciones de violencia: “Yo soy de las defensoras de que la violencia no tiene género. Por lo cual, el Estado termina destinando miles de millones de dólares a políticas en las cuales el único efecto ha sido la contratación de un montón de personas de distintos colectivos que ahora viven del Estado (…)”. Negar la especificidad de las características del fenómeno de la violencia de género sin dudas es un retroceso. En los discursos de las candidaturas de Patricia Bullrich y Luis Petri la agenda de violencias de género permanece ausente, sin propuestas específicas. Sergio Massa, por su parte, en un discurso público hizo mención al fenómeno asociándolo a la inseguridad: “…los que sufren la inseguridad son nuestros laburantes, son nuestros compañeros, son las mujeres que son víctimas de violencia, a esos nosotros les tenemos que construir un Estado que proteja”. Confundir estos dos fenómenos (la inseguridad y la violencia por razones de género) no contribuye a pensar respuestas específicas para problemas que son distintos.
La fórmula de Horacio Rodriguez Larreta y Gerardo Morales presentó 3 propuestas específicas en su plataforma: 1) Sistema único para una justicia más eficiente: sistema que unifique las denuncias policiales, llamadas, medidas de restricción y dispositivos electrónicos en un solo registro; 2) Tribunales especializados en violencias de género para evitar la revictimización y garantizar sistemas de apoyo efectivos en el proceso de denuncia; 3) Aumentar las penas para los incumplidores de medidas de restricción por violencia de género e intrafamiliar. Estos son temas que requieren más desarrollo para entender cómo se vincularían con esfuerzos ya existentes (como el sistema integrado de casos de violencia por razones de género, implementado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad) o analizar en qué medida estas políticas han mostrado resultados positivos (como la creación de justicia especializada, ya vigente en algunas provincias como Córdoba o Jujuy). Por otra parte, la respuesta punitiva de aumentar penas frente al incumplimiento de medidas de protección no parece por sí misma una respuesta suficiente si no se enmarca en el contexto de propuestas más integrales.
Por otro lado, las fórmulas de Juan Grabois y Paula A. Medina y Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, reconocen el problema y ofrecen algunas respuestas específicas. Grabois menciona en su Plan de Desarrollo Humano Integral que “Para prevenir la violencia de género en los barrios populares, son necesarias redes territoriales que complementen y refuercen los canales tradicionales de denuncia”, aunque no avanza en analizar una respuesta más integral al tema. Por su parte, el Frente de Izquierda en su plataforma electoral menciona que proponen: Plan nacional de emergencia contra la violencia de género, que incluye: ampliación de los presupuestos de género; creación de refugios; subsidios, licencias laborales y traslados para todas las que lo necesiten; créditos para acceder a la vivienda; acceso gratuito e inmediato a equipos interdisciplinarios.
Sobre las políticas públicas para garantizar la vigencia e implementación de los derechos sexuales y reproductivos tampoco hubo muchas alusiones. Ni las fórmulas de Bullrich-Petri ni Massa-Rossi hicieron comentarios o propuestas al respecto. Juan Grabois, en una entrevista en un canal de streaming mencionó que no es su intención cambiar la ley actual de interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Larreta en una entrevista mencionó que a pesar de no estar a favor aboga por el cumplimiento de la ley: “yo soy alguien que cree en la vida desde la concepción. Creo que hay vida desde la concepcion pero hago cumplir la ley del aborto en la Ciudad de Buenos Aires como corresponde, como toda ley. Soy un funcionario público, tengo que respetar la ley, con las que estás de acuerdo y con las que no”. Por parte de Milei-Villaruel, peor que la ausencia del tema es el retroceso claro que plantean tanto en relación a la Ley de IVE como en relación con la educación sexual integral (ESI). En diversas entrevistas opinaron sobre ambas temáticas y se posicionaron abiertamente en contra relacionándolas con la “ideología de género”. En su plataforma electoral plantean de manera clara sus propuestas: “7) Eliminar la obligatoriedad de la ESI en todos los niveles de enseñanza; 8) Proteger al niño desde la concepción (…)”. La única con un apoyo claro y concreto a esta agenda fue Myriam Bregman: “15) Implementación de la ESI laica, científica y con perspectiva de género; 16) Efectiva implementación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en todo el país” (plataforma electoral).
El tema de la participación social y política de las mujeres también quedó afuera de las propuestas en la mayoría de los casos: ni Milei-Villaruel, ni Bullrich-Petri, ni Massa-Rossi, ni Grabois-A.Medina hicieron propuestas específicas. Sí lo hizo la fórmula de Rodríguez Larreta-Morales que en su apartado “La potencias de las mujeres” se compromete a proponer una mujer para cubrir la vacante de la Corte Suprema de Justicia y por otro lado avanzar en incentivos para aumentar la participación de las mujeres en los sectores estratégicos: energía, minería, industria y economía del conocimiento.
Si bien la agenda de género no tuvo casi espacio en la campaña, el tema de los cuidados fue mencionado por la mayoría de los candidatos. De las 6 fórmulas monitoreadas en nuestro relevamiento, en 4 casos (Massa, Larreta, Grabois y Bregman) coincidieron en la importancia de reconocer las tareas de cuidados como un trabajo y como factor de desigualdad:
Bregman, Massa y Rodríguez Larreta también hicieron foco en la importancia de la creación de más jardines infantiles como parte de una política de cuidados. Por otro lado, tanto Milei como Bullrich no manifestaron opiniones ni propuestas al respecto. A pesar de la ausencia del tema en estos candidatos, hay que hacer una llamada de atención con respecto al ajuste o recortes en gastos del Estado que ambos mencionaron de distintas maneras. Los recortes de jubilaciones, como el que propone Milei en su plataforma electoral (“se propone una reforma previsional para recortar el gasto del estado en jubilaciones y pensiones) tienen un impacto diferencial en las mujeres.
Cuando hablamos de agenda de las mujeres y géneros, el gran ataque durante esta campaña fue hacia el Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad. Las fórmulas de Milei-Villaruel, Rodríguez Larreta-Morales y Bullrich-Petri mencionaron que cerrarían el MMGyD, en los 3 casos alegando argumentos de ahorro en gastos del Estado:
Es falso que el MMGyD “gasta mucha plata”: el gasto del MMGyD representa solamente un 0,19% del presupuesto total del Estado. Del total de las partidas etiquetadas con perspectiva de género en el presupuesto (14,66%) las partidas del ministerio de MGyD representa el solo el 1,29% de ese 14,66%. Y estas partidas se tradujeron en acciones concretas como:
(Fuente: Género en el proyecto de presupuesto 2023, ACIJ, ELA)
En línea con estos datos, Bregman mencionó en un programa de televisión: “¿Por qué el presupuesto de mujeres, género y diversidad es el presupuesto, es el ministerio con menos presupuesto? ¿Está bien eso en un contexto donde hay casi una muerta por día en la Argentina por violencia de género?” (Desiguales – canal 7, 25/07/2023).
Por otra parte, es engañoso argumentar que no hace falta un Ministerio porque la mirada de género debe ser transversal en todas las áreas de gobierno. No se trata de estrategias alternativas, sino que deben necesariamente coexistir para lograr una mejor integralidad en las políticas públicas: es posible tener una mirada transversal en todas las áreas (salud, educación, seguridad, transporte, economía, etc) y al mismo tiempo contar con un ministerio que jerarquice la agenda y contribuya a su articulación efectiva desde el más alto rango en la organización del Estado. Un rango ministerial permite formar parte de la toma de decisiones en igualdad de condiciones que otros ministerios. Al mismo tiempo, permite tener un rol de coordinación e integración de todas las políticas públicas de género que llevan las distintas áreas de los gobiernos de manera de que tengan mayor efectividad y coherencia.
El candidato Juan Grabois realizó un comentario crítico en una entrevista sobre el rol del Ministerio, sin embargo, gracias a la reunión con parte de su equipo de campaña, sabemos que a pesar de diferencias y críticas a algunos manejos, definitivamente piensan que es un ministerio necesario y no planean eliminarlo. Las fórmulas de Bregman-Del Caño y Massa-Rossi no hicieron comentarios específicos pero todo daría a entender que continuarán con la línea actual.
El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad tiene apenas 3 años y medio de existencia. A pesar del poco recorrido ya hay evidencia que demuestran los beneficios de muchas de las políticas desarrolladas desde esa cartera. Creemos que hay que construir y ayudar a fortalecer esa institucionalidad como parte de un esfuerzo de largo plazo, pero que sin duda contribuye a la consolidación de políticas públicas que le cambian la vida a las personas.
Este trabajo se realizó con el apoyo de un equipo de monitoreo integrado por Maria Emilia Perri, Sofia Colias y Lucía Nosseinte.