Todos los años, del 21 al 26 de septiembre se conmemora la semana de prevención del embarazo no intencional en la adolescencia. Como hace cuatro años, ELA se sumó a la campaña liderada por Unicef y FEIM, y que cuenta con la participación de más de 10 organizaciones de la sociedad civil. Desde el 2019 la campaña se llama Puedo decidir y busca no solo brindar información de cómo prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual, sino también en hablar desde el lugar del placer y el derecho de disfrutar la sexualidad propia sin discriminación.
En Argentina se producen 10 partos por hora de adolescentes, y si bien los últimos años hubo un descenso en los embarazos de chicas de 15 a 19 años, la cifra entre la población de 10 a 14 continúa estable. La campaña #PuedoDecidir está destinada a adolescentes de entre 13 y 18 años y cuenta con un sitio web con información sobre prevención y lugares donde conseguir métodos anticonceptivos (MAC).
Este año, en el marco de la campaña, ELA se alió con GPESI, un movimiento que impulsa juventudes promotoras de Educación Sexual Integral, y organizamos dos actividades virtuales. El sábado 26, junto a Puerta 18, Organización Rudas y el Club Saenz Peña, tuvimos una reunión con más de 40 adolescentes en la cual compartimos los materiales de la campaña y tuvimos un espacio para discutir sobre MAC, consentimiento y relaciones libres de violencia. En el encuentro, contamos con la participación de Roberta Davagnino, médica generalista, quien recibió consultas y resolvió las preguntas que tenían los y las adolescentes. La reunión también sirvió para romper mitos sobre sexo, MAC y discutir los estereotipos más comunes que se ven y escuchan en la sociedad. “Me dijeron que masturbarse está mal”; “Me sentí presionada/o para tener relaciones sexuales”; “Siempre me hablaron de prevención pero nunca de placer”, fueron algunas de las frases con las que los y las participantes se sintieron más identificados.
“Fue un encuentro hermoso donde hubo muchas dudas resueltas y muchas voces se expresaron para encontrarnos más cerca en toda esta virtualidad. Personalmente aprendí un montón y me sentí acompañada en el camino de la deconstrucción”, comentó Maca Jensen, promotora de GPESI. Por su lado, Nacho Otero quien también participó del encuentro comentó: “formar parte de una conversación sobre salud sexual, como promotor de GPESI, me enseñó que si la experiencia es colectiva es un aprendizaje súper constructivo para todes”.
Uno de los objetivos de la campaña Puedo decidir es escuchar qué es lo que los y las adolescentes necesitan y acercarle las herramientas e información que reclaman. María José Canevase, de 19 años comentó: “La experiencia me dejó muchos aprendizajes, me di cuenta que aun siendo muy consciente de la falta de ESI, se me escapan muchas otras cosas. Amo estos espacios en donde se pueden dar estos intercambios y construir entre todes una ESI mucho más completa y compleja. Y agradezco enormemente que nos hayan convocado para organizar este espacio y que se busque escuchar nuestras voces”.
El martes 29, realizamos la segunda actividad junto a GPESI, esta vez convocada por la Universidad de Río Negro. En esta ocasión realizamos un conversatorio en el cual contamos con la participación de Débora Galichini directora de Espacio Joven ciudad Río Grande de Tierra del Fuego, impulsora el programa de Puntos ESI; Ayito, activista disca y trans no binario quien participa en diversos movimientos y colectivos y tiene una editorial independiente de fanzines, donde escribe, edita y dibuja; Jesi Hernandez, activista LGBTQIA, lesbiana y transfeminista , antirracista quien forma parte del Proyecto Preservativo para Vulvas; Julia Risso, actriz, militante discafeminista, locutora y creadora del Podcast Les Otres; y Flor Wheels, activista por los derechos sexuales de Personas con Discapacidad y del Colectivo LGBTQNB+. En este encuentro que fue transmitido en vivo por YouTube se sumaron más de 80 personas.
Fátima Mancuello, de 17 años, promotora junto a GPESI y quien participó del segundo encuentro nos comentó: “La verdad es que este proyecto fue una experiencia hermosa y muy emocionante. Fue ver otras realidades, empatizar con otras vivencias, aportar desde nuestro conocimiento y enriquecernos con el conocimiento del otre. Siempre es llevarse algo bueno, porque ver esas cosas que nos oprimen y no nos dejan ser libres es fuerte, pero más fuerte es ver que estamos juntes luchando contra eso, buscando romper tabúes, llevar información, compartir experiencias, dar conocimientos, lugares de escucha, de seguridad y sobre todo libertad. Aunque el dolor pese siempre pesa más el amor colectivo y la lucha por frenar esas desigualdades. Así que en mi experiencia, que viva la ESI, que sigamos siendo cada día más libres y que tengamos en cuenta que la educación no va a cambiar el mundo, pero si cambiar a las personas que hagan ese cambio en el mundo, seamos parte de ese colectivo que impulsa a ser mejor”.
El segundo encuentro que abordó mucho la temática de sexualidad, adolescencia y discapacidad contó con el trabajo de Manos de brujas en la interpretación del lengua de señas. Florencia Cambareri, de Repensar la discapacidad y participante de este encuentro nos comentó: “Me parece importante visibilizar la lucha por los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad/diversidad funcional. En una sociedad donde se tiende a infantilizar a las personas discas/diversas, me llena de satisfacción que se escuchen sus voces, es un paso más para que la sexualidad de las personas con discapacidad/diversidad funcional deje de ser tabú y se nos vea como lo que somos, seres sexuales como todos los demás”.
La ESI y la prevención del embarazo no intención en la adolescencia no trata solo de métodos anticonceptivos. Se trata de información y de derechos, de poder disfrutar de la sexualidad con respecto y sin violencia y de poder decidir las mejores opciones de acuerdo a los planes y gustos de cada uno y una. Pero también trata de inclusividad y de incorporar los distintos cuerpos y vidas para hacer escuchar todas nuestras voces y nuestras vidas.