El 11 de noviembre de 2022 los países de América Latina y el Caribe aprobaron el Compromiso de Buenos Aires donde reafirmaron los acuerdos que se realizaron en Santiago en la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe (2020), y avanzaron en algunos puntos fundamentales de la agenda regional de género.
Te contamos cuáles son los principales:
En primer lugar, destacamos el reconocimiento del derecho al cuidado como derecho humano a cuidar, a recibir cuidados y a autocuidarse y el reconocimiento de que este es entonces un derecho de todas las personas, sin importar su condición. Esta conceptualización ya estuvo presente en el Consenso de Quito (2007) con los aportes de Laura Pautassi, pero aquí ya se incorpora plenamente.
Se avanzó en la visibilización y reconocimiento de las personas con discapacidad a contar con los apoyos necesarios para desarrollar su vida de forma autónoma y poder brindar y recibir cuidados respetando sus decisiones, lo que implica reconocerles como sujetos activos en el cuidado y dejar atrás una conceptualización de sujetos pasivos solo receptores de cuidado.
Asimismo, se sostiene la necesidad de que los países de la región avancen en el diseño e implementación de sistemas integrales de cuidado desde un enfoque de género, de derechos, con una mirada interseccional e intercultural. Los sistemas permitirán que el derecho al cuidado sea una realidad para todas las personas y permitirá generar las condiciones para desarrollos verdaderamente inclusivos de las mujeres, niñas, migrantes, indígenas, afrodescendientes, rurales, que viven con VIH, personas con discapacidad, LGBT+ y personas cuidadoras adentro.
Se hace especial énfasis en el elemento económico dinamizador y multiplicador de la inversión en los cuidados. Se postula de forma reiterada que estamos ante un tema clave para la economía de nuestros países, donde la inversión en los cuidados es ineludible en proyectos de desarrollo inclusivos y sostenibles.
Además de reconocer el derecho a vivir una vida libre de violencia y discriminación por razones de género, se reconoce por primera vez el derecho a tener espacios de trabajo libres de acoso y violencia, incluyendo la violencia por razones de género, retomando los postulados del Convenio 190 de la OIT, que se encuentra vigente desde el 2021. Este convenio establece obligaciones para los estados, los empleadores y las organizaciones de trabajadores de adoptar medidas para prevenir, mitigar, atender y reparar esta violencia que afecta la inserción, permanencia y progreso de las mujeres en toda su diversidad en el mundo del trabajo y el ejercicio de su autonomía. En la región, Argentina es uno de los pocos países que lo ha ratificado, junto a Ecuador y Uruguay.
Se reconoce y promueve el fortalecimiento de la institucionalidad de género con recursos humanos, técnicos y financieros, en tanto son los mecanismos nacionales para el adelanto de las mujeres y otras entidades responsables quienes tienen el conocimiento y las capacidades para diseñar e implementar políticas de cuidado, igualdad y desarrollo inclusivo.
Se incorpora la necesidad de integrar la perspectiva de género, la interseccionalidad e la interculturalidad al diseño e implementación de políticas ambientales frente a los desafíos que representa el cambio climático y reducción de riesgos, reconociendo que hay un impacto diferenciado en las mujeres, niñas y adolescentes en su diversidad.
También se contempla el acceso universal a los servicios de salud integrales, incluyendo los servicios de salud mental y de salud sexual y reproductiva para mujeres, adolescentes y niñas (incluyendo el abortos seguros y de calidad, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la legislación nacional y el acceso a la educación sexual integral) como condición necesaria para el ejercicio de su autonomía.
Como parte del cambio cultural que se necesita, se busca promover masculinidades corresponsables y no violentas para transformar los roles y estereotipos de género y así construir sociedades más igualitarias.
Por último, se reitera que debe existir una plena, significativa e igualitaria participación de las mujeres en posiciones de liderazgo en sectores estratégicos de la economía para lograr una recuperación transformadora con igualdad de género y que deben establecerse medidas de acción afirmativa para lograr este objetivo.
Desde ELA, reiteramos nuestro compromiso de avanzar con la creación de un sistema de cuidado.