En el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ y luego de la aprobación de la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans, Bumeran, en colaboración con la organización especialista en género GROW – Género y Trabajo, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la consultora NODOS y la Fundación AVON, realizó un informe regional en Argentina, Perú, Ecuador y Chile que indica que un 55% de las personas trans y no binarias de estos países manifiesta sufrir o haber sufrido una situación de violencia o acoso en su lugar de trabajo.
¿Cuáles son las experiencias de violencia que más se repiten para la comunidad LGBTIQ+ en el ámbito laboral? El 61% de los/as usuarios/as trans y no binarias manifiesta que ha sido víctima de la denigración e ignorancia de sus opiniones profesionales y/o laborales. Por su parte, atravesaron la misma situación personas autoidentificadas como: asexuales (85%), pansexuales (79%), bisexuales (70%), gays (66%) y lesbianas (65%).
Entre la población encuestada, el acoso psicológico demuestra tener una gran prevalencia. Más de la mitad de la población trans y no binaria latinoamericana consultada (56%) refirió haber sufrido acoso u hostigamiento psicológico, como insultos, agresiones verbales, daño a su reputación, aislamiento, humillaciones y descalificaciones, en su lugar de empleo. Esta tendencia se repite en el colectivo de personas pansexuales (93%), gays (65%), lesbianas (65%), bisexuales (58%) y asexuales (54%) que participaron de la encuesta.
Un 47% de las personas trans y no binarias percibió un trato desigual en comparación con sus pares varones en cuanto a beneficios, posibilidades de ascensos y/o salarios. En la Argentina, gran parte de la misma comunidad (56%) advierte haber transitado la misma problemática. Mientras tanto, un 22% en Latinoamérica contestó que vivenció la misma experiencia de desigualdad, pero en relación a sus compañeras mujeres.
Otra de las experiencias de violencia que relata el 39% de la comunidad trans y no binaria es haber atravesado una disminución drástica o sobrecarga de tareas, cambios de funciones constantes y de objetivos laborales.
El 31% de la población trans y no binaria consultada sostiene que ha recibido algún tipo de intimidación en su lugar de empleo. Por su parte, coinciden con esta experiencia las personas pansexuales (43%), asexuales (38%), gays (31%), bisexuales (28%) y lesbianas (22%).
Los/as usuarios/as trans y no binarias de la región también aseguran que fueron excluidos/as de reuniones laborales o sociales (28%).
Un 25% de los/as consultados/as de LATAM destaca como violento el hecho de que se le asignen tareas/roles que inferiorizan la labor principal o que están fuera de las responsabilidades primordiales (como por ejemplo: servir café, colgar el abrigo de tu jefe/a, entre otros). De igual modo, respondieron las personas lesbianas (39%), bisexuales (37%) y gays (35%).
Por otra parte, el 25% del grupo de personas trans y no binarias latinoamericanas afirma haber recibido comentarios inadecuados sobre su identidad de género en su empleo. A su vez, el 23% de quienes se autoidentificaron como asexuales, el 17% de las lesbianas y el 12% de los gays vivenció una circunstancia idéntica.
Un 19% de las identidades trans y no binarias consultadas refiere haber padecido situaciones de ciber-acoso, hostigamiento y persecusión a través de correo electrónico, redes sociales, blogs, WhatsApp, websites y teléfono, entre otros. Al realizar un análisis desde una óptica sexoafectiva de este tipo de violencia, se revela que el 22% de las personas lesbianas y el 21% de las gays concuerda haber vivenciado una situación similar.
Otro caso de violencia que se repite en el ámbito laboral para con la comunidad LGBTIQ+ está relacionado con la agresión física. En este sentido, un 31% de las personas asexuales consultadas en Latinoamérica confiesa haber sido víctima de golpes, empujones y cachetadas, entre otros.
Finalmente, en la Argentina, por su parte, señalan también hechos vinculados con el abuso sexual dentro del lugar de trabajo: el 13% de las personas trans y no binarias. En Latinoamérica esa cifra se ubica en un 8%.