Las situaciones de crisis impactan de maneras distintas en las personas y la pandemia causada por el COVID-19 no será diferente.
Las violencias que muchas veces existen en los vínculos familiares, y en particular entre parejas actuales o pasadas, sumadas a la necesidad de asegurar el sostenimiento de la vida cotidiana en circunstancias extraordinarias y la consiguiente sobrecarga de las tareas de cuidado respecto de niñas, niños, adolescentes y personas mayores de las familias que generalmente recaen en las mujeres, pueden generar mayores tensiones y derivar en situaciones de violencia o agravar las violencias ya existentes.
Las organizaciones que trabajamos en el proyecto Cerrando Brechas hacemos un llamado a la comunidad y las instituciones de todos los poderes del Estado (nacional, provincial y municipal) para recordar la necesidad de afrontar esta crisis con atención a su impacto en los roles sociales de género y ofrecemos un decálogo de propuestas para abordar en particular las violencias por razones de género:
1. Distanciamiento no es indiferencia. El distanciamiento social no debe ser sinónimo de soledad ni de indiferencia. Los grupos de Whatsapp, las redes sociales, las llamadas frecuentes pueden ser formas de hacernos sentir cerca y disponibles para la contención frente a la angustia, y para ayudar a buscar asistencia frente a las violencias.
2. Líneas de atención con escucha atenta. Las líneas telefónicas de atención deben agudizar la escucha para identificar situaciones de riesgo en los llamados que reciban, considerando que puede no explicitarse la verdadera dimensión del peligro frente a la convivencia con el agresor.
3. La niñez también puede estar en peligro. El impacto del aislamiento obligatorio en niñas, niños y adolescentes se suman a las violencias contra las mujeres e identidades feminizadas dentro de las familias. Las escuelas y personal docente que mantienen contacto en el desafío de brindar continuidad pedagógica, deben prestar particular atención a las situaciones de vulnerabilidad y violencia que puedan comunicar niñas/os y adolescentes, así como cualquier situación que pueda poner en riesgo su integridad.
4. La violencia no conoce la feria judicial. El Poder Judicial de todo el país debe adoptar medidas extraordinarias para responder frente a las emergencias, facilitando los mecanismos de comunicación de las mujeres y acercando soluciones. Algunas jurisdicciones ya tomaron medidas:
5. Las Fuerzas de Seguridad al servicio de la justicia y de la protección. Las Fuerzas de Seguridad, como todas las autoridades e instituciones estatales, deben agudizar su atención frente a las situaciones de violencia por razones de género, dando prioridad a las respuestas de situaciones críticas de acuerdo a las instrucciones judiciales.
6. Los gobiernos provinciales y municipales deben estar más presentes que nunca. Los gobiernos locales y en particular las áreas de género de los gobiernos locales y provinciales deben:
7. La violencia debe seguir en la agenda mediática. Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de promover una cobertura periodística sobre la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 desde una perspectiva de género, profundizando el análisis del impacto del aislamiento obligatorio en las relaciones sociales, en la sobrecarga de las mujeres dentro de los hogares y las posibles derivaciones hacia distintas manifestaciones de violencia machista. La dimensión de la crisis sanitaria y económica no debe ocultar las violencias hacia las mujeres e identidades feminizadas que ya era un problema de enorme magnitud antes del impacto de esta pandemia en nuestro país, y que podría profundizarse.
Los medios tienen también una función de servicio: debe sostenerse la difusión de las líneas de atención disponibles como la Línea 144 (de atención a víctimas de violencia de género, de alcance nacional) y los otros números de WhatsApp habilitados por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (+54 9 11 2771 6463 / +54 9 11 2775 9047 / +54 9 11 2775 9048) así como las líneas y recursos disponibles en las distintas provincias y localidades.
8. Acceso a la información para garantizar los derechos. En situación de aislamiento y en contextos de violencias, el acceso a la información es la clave. Más que nunca, saber dónde dirigirse para buscar ayuda puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. No sólo porque reduce la necesidad de recorrer las instituciones en búsqueda de asistencia (lo que las expone a mayor facilidad de contagio de Covid-19) sino también porque la facilitación de trámites permitirá reducir la incertidumbre y las tensiones, que repercuten en el bienestar y la salud de las mujeres, travestis, trans y les permitirá encontrar respuestas lo antes posible para estar a salvo de las violencias.
9. El cuidado como responsabilidad social colectiva. Las tareas de cuidado y la atención física y emocional de las personas de las familias (en particular en la primera infancia, a las personas mayores y a personas que transitan alguna enfermedad) recae principalmente en las mujeres e identidades feminizadas. Esta situación extraordinaria de aislamiento y distanciamiento social también tiene un impacto en ellas al haber una mayor sobrecarga de tareas. Por ese motivo:
10. La Ley Micaela puesta en práctica. Este es el momento. Es ahora cuando las instituciones públicas, funcionarios y funcionarias de todo el país, deben mostrar que la celeridad con que se pusieron en marcha las capacitaciones obligatorias para prevenir las violencias y transversalizar la igualdad de género en todos los niveles del Estado tiene resultados concretos.
Estamos ante una situación de crisis extraordinaria, atravesando una pandemia única como no hemos conocido antes. Saldremos adelante colectivamente, tomando las recomendaciones de las instituciones del Estado y prestando particular atención a la necesidad de garantizar las condiciones de seguridad para todas las personas, desde una perspectiva feminista y con atención al impacto socioeconómico de la crisis y de las medidas adoptadas.
Para que el mensaje #QuedateEnCasa no ponga en riesgo a mujeres, travestis y trans las políticas públicas para prevenir, sancionar y erradicar las violencias machistas deben considerarse prioritarias.
Este documento fue elaborado en el marco del proyecto Cerrando Brechas II Desnaturalizando violencias ocultas para erradicar la violencia de género. Su contenido es responsabilidad exclusiva de ELA, CAREF, FEIM, MEI y la Fundación Siglo 21 y en ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea.
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