La violencia y el acoso en el lugar de trabajo constituyen problemáticas ampliamente extendidas en distintos ámbitos y sectores. Uno de los sectores más expuestos a esta problema es el trabajo en casas particulares. ELA realizó una investigación para OIT Argentina titulada Estudio cualitativo sobre la violencia y el acoso en el sector del trabajo doméstico para el cual entrevistamos a trabajadoras de casas particulares, empleadoras y empleadores y representantes de diferentes organizaciones vinculadas a la temática dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires, con el objetivo de aportar comprensión de las características específicas que toma la violencia y el acoso en este sector de trabajo. El pasado 23 de marzo, presentamos los principales datos de esta investigación en un evento paralelo en el marco del CSW66.
En la reunión titulada Contribuciones para enfrentar la discriminación y violencia hacia trabajadoras domésticas, que contó con el compañamiento del Sindicato Internacional de Trabajadores del Hogar participó Elva López Mourelo, funcionaria en Instituciones del Mercado de Trabajo Inclusivo de la OIT Argentina, quien destacó el peso que tiene en países de la región el sector en sus economías como por ejemplo en “Trinidad y Tobago, Argentina y Uruguay donde el trabajo doméstico representa más del 8% del total del empleo, mientras que en otros países este porcentaje es considerablemente menor”. López Mourelo también destacó que “antes de la pandemia, en la región el 72,3% de las trabajadoras domésticas estaban en una situación de empleo informal. Ha habido una disminución del aspecto de la informalidad con respecto al 2012, pero todavía la incidencia es muy elevada y en especial si comparamos a las personas asalariadas excluyendo al trabajo doméstico”.
Gisela Dohm, Investigadora senior del Área de Políticas de ELA – Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, presentó los datos principales de la investigación la cual se realizó durante el 2021 mediante grupos focales y entrevistas en profundidad en el AMBA. Dohm explicó que “un dato muy significativo es que en casi la totalidad de las experiencias y trayectorias laborales las trabajadoras identificaron situaciones que le han generado daño. Hay una gran visibilidad de este tipo de experiencias, muy por el contrario de la hipótesis inicial en la que suponíamos que podía haber prácticas muy naturalizadas”. Según Dohm, en la mayoría de los casos en que las entrevistadas vivieron situaciones de violencia, la solución fue el abandono del trabajo: “esto de alguna manera evitaba una confrontación o un posible enfrentamiento con el empleador. Esto conlleva un fuerte perjuicio para la trabajadora ya que se quedaba sin empleo”.
El encuentro continuó con la presentación de Carmen Britez, vicepresidenta de la FITFH y Secretaria de Organización de UPACP (Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares de Argentina) quien se centró en los beneficios que se obtuvieron gracias a los convenios 189 y 190 de la OIT. “El convenio 189 se basa en el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores”. Britez agregó: “Para nosotros el impacto que tuvo este convenio fue llegar a la modificación de la ley 26.844 de ese decreto antiguo. Este convenio y la ley nos permitió llegar a las trabajadoras de casas particulares que tengan la información de que teníamos una protección nuevamente de una ley, que teníamos un convenio ratificado”.
Adriana Paz Ramírez, Coordinadora Regional para América Latina de la FITH (Federación Internacional de Trabajadores del Hogar), la primera federación global liderada por trabajadoras del hogar, de 64 países del mundo. Paz Ramirez destacó que “el impacto de que el trabajo del hogar no sea considerado trabajo hace que los empleadores no se vean como responsables de proveer y asegurarse de que haya un ambiente laboral seguro y libre de violencia”. Hablando sobre la vulnerabilidad de las trabajadoras, Paz Ramirez aclaró que “quienes son más vulnerable son las compañeras que trabajan en modalidad sin retiro o cama adentro, las mujeres migrantes y las adolescentes”.
Por último, habló Andrea Morales, Presidenta de FETRADOMOV e impulsora de SITRADOTRANS, Sindicato de mujeres Trans trabajadoras del Hogar de Nicaragua. “El primer trabajo que realizan las mujeres transgénero es el trabajo sexual. Posteriormente van al trabajo doméstico. Muchas de estas trabajan no por salario, trabajan por alimentación, ropa, maquillaje, y por muchas regalías que le hacen. Y son trabajos parciales, por día o por hora”, describe Morales.
El documento Estudio cualitativo sobre la violencia y el acoso en el sector del trabajo doméstico presentado presentado por ELA durante el encuentro parte de la definición de violencia y acoso contenida en el Convenio núm. 190, adoptado en 2019 por la OIT, y recupera y describe, a partir de las experiencias de trabajadoras y personas que emplean, un amplio repertorio de comportamientos y prácticas que se registran en el sector, que atentan contra el trabajo decente y que generan y/o son susceptibles de producir daños económicos, físicos, sexuales y psicológicos en quienes resultan objeto de ellos.
Según la investigación, la violencia y el acoso laboral es una problemática que la mayoría de las trabajadoras del sector de casas particulares del AMBA declaran haber vivenciado, incluso con asiduidad. Asimismo, registra una amplia variedad de comportamientos y prácticas que con frecuencia atentan contra el derecho al trabajo decente y a un entorno de trabajo libre de violencia y acoso de quienes se desempeñan en el sector.