Violencia de género

La curva de los femicidios durante la pandemia

El aislamiento social, preventivo y obligatorio dejó a muchas mujeres confinadas con sus agresores. Mientras se busca achatar la curva de contagios, la de los femicidios parece seguir creciendo.
27 Abr 2020

El 20 de marzo comenzó en Argentina el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) como método de prevención del contagio del COVID-19. Desde ese día hasta el 26 de abril, en el país hubo un total de 32 femicidios según el observatorio Ahora que si nos ven. Mientras se trata de achatar la curva de contagios del virus, la de los femicidios parece seguir creciendo, ya que muchas mujeres se ven obligadas a estar en aislamiento junto a sus agresores.

Durante la cuarentena, los medios de comunicación siguieron informando acerca de estos casos y haciendo una pregunta en común: ¿por qué el número de casos no disminuye? En este tiempo, se publicaron una multiplicidad de noticias no solo sobre casos específicos, sino también entrevistas a expertas en violencia y sobre campañas contra los femicidios.

​​​​​​​El 1° de abril, La Nación publicó una nota titulada Los acusados de violencia de género serán aislados en centros comunitarios en la cual explicaron que el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación creó nuevos canales de comunicación para realizar las denuncias y que “la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres impulsó un protocolo de medidas urgentes para afrontar estos casos durante el período de cuarentena social con un foco especialmente colocado en la medida de exclusión del hogar del agresor”.

En una entrevista con Sonia Tessa para el Suplemento Las 12 del diario Página12, la Ministra Elizabeth Gómez Alcorta aclaró: “nosotros entendemos que efectivamente hay que darse una política nacional, teniendo en cuenta que las políticas nacionales, como tanto los poderes judiciales como las fuerzas de seguridad, son provinciales, hay que tener después articulación con las provincias”.

El 14 de abril, Crónica publicó una noticia titulada Hubo más femicidios en cuarentena informando sobre los datos brindados por distintos observatorios y presentando el mapa de femicidios: “ocho en Buenos Aires, 3 en Misiones, 2 en Tucumán y otras 2 en Santa Fe; una más en Chaco, Río Negro y San Luis. Así se despliega el mapa de violencia contra las mujeres durante el periodo de encierro preventivo”. Pocas horas después, ese mapa ya había cambiado debido al aumento de casos. La Nación, por su parte, publicó una nota en la cual relató que “entre el 20 día en que empezó la cuarentena y el 31 de marzo, en tanto, se realizaron 315 denuncias, lo que superó ampliamente las 250 de todo marzo de 2019”, según información otorgada por el fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, Juan Mahiques.

El 22 de abril el medio feminista LatFem publicó una nota en la cual consultaron “doce funcionarias, legisladoras, activistas feministas, expertas y representantes de las organizaciones de la sociedad civil responden a la pregunta en búsqueda de una respuesta colectiva”. Entre las entrevistadas, Estela Díaz, Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires aseguró: “Veníamos de un contexto económico y social muy desfavorable que profundizó desigualdades, entre ellas se recrudeció la violencia de género”.

En la nota titulada Los femicidios y la violencia machista en cuarentena: la curva en ascenso, escrita por Roxana Sandá y publicada el 24 de abril en Página12, la periodista escribe: “Las colectivas feministas de diferentes regiones del país arrojan otras cuestiones críticas, como la escasa empatía que les dedican muchas provincias a las directivas nacionales contra las violencias y a su aplicación efectiva en toda la Argentina. La falta de articulación, de capacitación en géneros y de protocolos comunes hace al incremento de las violencias y a la desprotección en los territorios, que se ven cada vez más intervenidos por las iglesias y las fuerzas armadas y de seguridad”.

Campañas, decálogos e ingenio
Quienes trabajan en la lucha contra la violencia de género, advirtieron de la posibilidad de que el encierro provocara un aumento de los casos o un recrudecimiento de las violencias contra mujeres, niñas, niños y diversidades. ELA elaboró un Decálogo para abordar las violencias hacia las mujeres en épocas de aislamiento social.

Distintas organizaciones también realizaron sus propias campañas de concientización. En la nota publicada en Página12 titulada Campaña contra la violencia de género en cuarentena: “Aislamiento no es silencio” tres directoras de cine “Sofía Poncini, Lucía Iturbe y Josefina Pieres, de la productora Casta Diva, coincidieron en que `entendimos lo difícil que es para muchas mujeres, niñas y adolescentes atravesar esta cuarentena en medio de la hostilidad y la violencia. Quisimos de alguna manera expresar que aunque están allí, no están solas y sus derechos no están detenidos`. La campaña invita a la participación colectiva y tiene como uno de sus objetivos difundir la línea 144 de atención a víctimas de violencia de género”.

El diario Perfil consultó a mujeres de distintos ámbitos acerca de los recursos contra la violencia de género: “En Argentina, las mujeres en situación de violencia están autorizadas a abandonar ese domicilio y salir para pedir ayuda. ‘En tiempo de distancia social, no hay que quedarse solo’, señaló Clara Alemann, de Promundo. ‘Es una oportunidad para conocer a los vecinos y tejer otras redes’, agregó Ana María Rodríguez, del Banco Interamericano de Desarrollo. Las personas abusivas y controladoras ejercen poder en la cuarentena y restringen los contactos, el movimiento. El aislamiento interrumpe las redes de contención habituales y hay que buscar alternativas”.

El ASPO a la que nos confinó el COVID-19 es sin lugar a dudas una situación de crisis extraordinaria. El Estado debe tomar todas las medidas necesarias para evitar la propagación del virus y achatar la curva de contagios. Es necesario garantizar la seguridad de todas las personas y adoptar medidas para también reducir la curva de crecimiento de los femicidios y la violencia contra las mujeres, niñes e identidades feminizadas.